Denis Lapiere, Daniel Couvreur et Christian Durieux, Le faux Soir
Denis Lapiere, Daniel Couvreur et Christian Durieux, Le faux Soir. Paris, Futuropolis, 2021, 96 p.
Texte intégral
- 1 L’Écho de Belgique, nº 21, octubre-noviembre de 1948. Cit. Marie Istas, Le « faux » Soir, Bruxelles (...)
- 2 Un soir de joie (Gaston Schoukens, 1955).
- 3 Por el carácter del conocido semanario, cuyo espíritu satírico puede recordar algunas veces al cont (...)
- 4 Patrick Weber, Baudouin Deville, Bérengère Marquebreucq, Bruxelles 1943, Anspach, 2020.
- 5 Histoire du faux « Soir » du 9 novembre 1943, publiée à l’occasion du 5e anniversaire de sa parutio (...)
- 6 Marie Istas, op. cit.
1La historia del « faux Soir » sigue siendo conocida con más o menos detalles por no pocos belgas, pese al tiempo transcurrido desde noviembre de 1943 y la Segunda Guerra Mundial. Es un caso interesante de la pervivencia en la memoria colectiva de un hecho histórico cuyo eco resuena en manifestaciones culturales de distinta naturaleza. Un poema perdido en el tiempo (« Je viens de lire un bout du Soir, / Dont s’amuse toute la ville »... );1 un film de los años cincuenta, que deja una huella mucho más profunda;2 el relato gráfico aquí reseñado, al que los medios de comunicación francófonos han prestado una atención notable (RTBF, LN24, France Inter, TV5 Monde…),3 curiosamente acompañado poco tiempo antes por otro álbum que no olvida reflejar, desde la ficción, algún momento de los mismos hechos históricos.4 Y, naturalmente, entre otras manifestaciones mediáticas y productos impresos, la evocación de este episodio de la resistencia interior belga en numerosas obras que aluden a Bruselas bajo la bota alemana, además de las escasas publicaciones que se ocupan monográficamente del tema, comenzando por el folleto publicado tras la Liberación, en 1948,5 y el trabajo de Marie Istas en 1987, de gran valor, aunque el investigador pueda echar de menos algún tipo de aparato crítico en el mismo.6
- 7 José Gotovitch, « Presse clandestine en Belgique, une production culturelle ? », en Bruno Curatolo (...)
- 8 « Facétie, pitrerie, plaisanterie, raillerie, typiquement belge, équivalente à la gauloiserie gaill (...)
- 9 Comentarios de The_Noir (Thierry Noiret) en Babelio, https://www.babelio.com/livres/Durieux-Le-faux (...)
2La del falso Soir es la historia de una acción incruenta consistente en sustituir en el momento de la venta el diario Le Soir, por entonces instrumentalizado a favor de la colaboración con el nazismo (« Le Soir volé »), por un ejemplar anodino en apariencia, en el que sin embargo se ridiculiza al ocupante y sus colaboradores. La operación tiene un notable éxito y, como se narra en esta obra, consecuencias en distinta medida trágicas para algunos de los implicados. Se trata, como señala José Gotovitch, de un pastiche fabuloso, « épopée (quasi) unique de la clandestinité européenne ».7 Estamos ante un acto de resistencia que muestra hasta qué punto las redes de distribución son espacios sensibles en un sistema periodístico moderno y, en otro orden de cosas, surge ante nuestros ojos el poder de la risa en su vertiente de arma colectiva que incita a perderle el respeto al enemigo, en este caso como manifestación audaz del gusto por la zwanze.8 Un respeto y un miedo a la invencibilidad de la Alemania nazi difundidos desde mucho tiempo antes con efectos devastadores sobre una parte de la población europea. « Le Faux Soir –comenta un lector- est une légende pour tout Belge qui se respecte. Il est le symbole de notre irréductible esprit de liberté et de fantaisie ».9
3A renovar el recuerdo de esta acción y sus consecuencias contribuye a partir de ahora la obra firmada por el guionista Denis Lapière, junto a Daniel Couvreur, jefe del servicio de cultura de Le Soir, especialista en bande dessinée, y el dibujante Christian Durieux. La legibilidad del dibujo acompaña a la perfección un relato fluido y apasionante durante casi ochenta páginas, acompañadas al final por un (tal vez demasiado) breve dossier con textos de Lapière y Couvreur y fotografías de época, así como una reproducción facsimilar del célebre falso Soir. La idea es, por supuesto excelente, ya que merece la pena recorrer las columnas del más singular número de la historia del diario, aunque actualmente sea difícil saborear todos los matices al alcance del lector de 1943. Evidentemente, cualquier parodia es más eficaz cuando se conoce en profundidad, o se lee a diario, al parodiado. Un solo pero. El papel, excesivamente lujoso, no parece el más adecuado para restituir la vertiente material –cuestión importante- de un periódico de la época, mejor reproducido en este aspecto en la hoja del mismo carácter que acompañó en su momento al libro de Marie Istas.
- 10 Paris, Delcourt, 2011.
- 11 Éric Aeschimann y Nicoby. La révolution Pilote, 1968-1972, Paris, Dargaud, 2015. La categoría « BD (...)
4Sea como sea, estamos ante un trabajo de divulgación histórica de gran calidad, que Daniel Couvreur enriquece al acceder a documentación de archivo. Se manejan testimonios escritos de los actores de la época, demostrando que el noveno arte puede ser un excelente medio divulgativo para el conocimiento de una publicación periódica y de la historia de la prensa. Ejemplos anteriores no faltan, con obras en el espacio francófono que incluso suponen una fuente ineludible para conocer lo esencial de un diario o una revista. Sería un error para un investigador interesado en Libération dejar de lado el reportaje dibujado Journal d’un journal, de Mathieu Sapin10, o, siguiendo con un volumen que también tengo al alcance de la mano y yendo precisamente al terreno de las publicaciones con un importante contenido de historietas, si nos ocupamos de la trayectoria de Pilote, no valorar en su justa medida el trabajo y los testimonios, con no pocas cuestiones, es cierto, ya conocidas o expresadas anteriormente, recogidos por Aeschimann y Nicoby, que puede considerarse como un documental en viñetas.11
5En Le faux Soir, Lapière, Couvreur y Durieux sitúan en primera línea la documentación y su propio trabajo previo, de manera que se desarrollan dos relatos paralelos. Los propios autores se ponen es escena, junto a Sébastien Gnaedig, director editorial de las ediciones Futuropolis. Podemos así acercarnos a la representación de algunos momentos relacionados con la creación de la obra que tenemos entre las manos, acompañando a los cuatro protagonistas en sus encuentros en la redacción de Le Soir, en el Museo Nacional de la Resistencia, o, entre otros lugares, en la terraza de alguna brasserie. El pasado se hace presente a través de su progresivo conocimiento, reflejándose los pequeños placeres de la investigación al compartir informaciones, en diálogos integrados en un relato dinámico que se alternan con el otro hilo conductor, el de los hechos históricos de 1943. Así, rápidamente nos situamos en la Bruselas de septiembre de 1943, y comenzamos a saber algo del Front de l’indépendance, de René Noël, de Marc Aubrion y más delante de otros resistentes que participan en el proyecto. Los momentos de euforia y las dificultades aparecen en el relato, estructurado mediante dos espacios argumentales bien ensamblados y al mismo tiempo concienzudamente diferenciados. Por una parte el presente, representado con el predominio de un color diferente según el lugar en el que se sitúan los autores y el editor; por otra el pasado, evocado siempre en blanco, negro y grises. Pero la separación en dos tiempos no se detiene aquí. Christian Durieux, el dibujante, cambia de estilo al pasar de un tiempo al otro, utilizando un estilo más desenfadado para el presente y plasmando el pasado con un trazo más realista. La composición de las páginas también es diferente, de modo que en el presente Durieux se permite combinar viñetas de distinto tamaño, mientras aquellas que nos asoman a la Bruselas de 1943 son siempre apaisadas, de tamaño idéntico, siempre tres por página cuando no se combina pasado y presente, lo que no deja de recordar el formato de determinadas proyecciones cinematográficas. Incluso el texto se plasma de forma diferente en ambos tiempos de la historia, con letra minúscula en un caso, mayúscula en el otro.
6De este modo se construye el argumento recreando dos ambientes muy distintos que atrapan al lector desde el principio, al anunciar la aventura que se inicia, contando y descubriendo en el siglo XXI un hecho extraordinario, lo que es una forma de prolongar su valor; abriendo a continuación una puerta desconocida al retroceder hasta los sombríos años cuarenta del siglo XX para seguir los pasos de quienes arriesgaron su vida en la Resistencia: « … et voilà qu’une nouvelle vie, une vie d’ombre et de secrets, engloutit déjà Yvon [Marc Aubrion] ». Si bien el procedimiento no es nuevo, la fuerza del álbum está tanto en la capacidad para restituir una atmósfera ligada a la clandestinidad como en el contraste con el mundo de los autores en la Bruselas actual, representado con un juego de luces y sombras que traslada a las páginas en color un logrado ambiente apacible en distintos momentos del día. Hacer de un número de un periódico editado hace casi ochenta años el principal protagonista de una bande dessinée no parece tarea fácil, ni siquiera tratándose de un número tan particular. Lo cierto es que contemplar cómo germina y evoluciona en un tiempo récord la idea del falso Soir del 9 de noviembre de 1943, acompañar a los hombres y mujeres implicados en los momentos de entusiasmo y en las dificultades, hasta conocer las consecuencias para algunos, puede ser, cuando el entusiasmo se respira tanto del lado de la historia contada como por parte de quienes la cuentan, una muy buena muestra de la capacidad de un relato en viñetas para interesarnos por el pasado.
- 12 Theo Fleischman, « Le rire de la vengeance », en Histoire du faux « Soir » …, op. cit., pp. 51-52.
- 13 Fernand Demany, « Breughel et Gavroche, Ulenspiegel et Tchantches », en Histoire du faux « Soir » …(...)
- 14 https://information.tv5monde.com/video/le-faux-soir-quand-des-resistants-belges-bravaient-l-occupat (...)
7Aunque en el fondo, el mensaje fundamental no se reduce a determinado contexto histórico alejado en el tiempo. Estamos ante una particular forma de risa que puede situarse en primera línea de combate. « Le comique, la satire, l’ironie sont des armes », comentaba en la radio, desde Londres, el periodista Theo Fleischman poco después de los hechos.12 Y cuando ya había transcurrido un año, en una Bélgica agitada por la liberación pero que todavía debía conocer terribles sobresaltos antes del final de la guerra, uno de los redactores del falso Soir, Fernand Demany, en aquel momento miembro del Gobierno, decía en una alocución radiofónica que para el enemigo el periódico había sido nada menos que « une manière de petit Stalingrad moral ».13 Sustituir la palabra del invasor por una voz fingida para ponerle en ridículo era en cierto modo empezar a vencerle, mostrando a los indecisos que podía ser derrotado en distintos terrenos, pese a contar con todos los medios. Ciertamente, una población sometida a diario a la propaganda acaba por sufrir una lenta intoxicación, de manera que, como apunta Daniel Couvreur en una de las entrevistas tras la publicación del álbum, se trata de desmontar este mecanismo14. El humor y el espíritu crítico han sido siempre un antídoto contra la manipulación.
Notes
1 L’Écho de Belgique, nº 21, octubre-noviembre de 1948. Cit. Marie Istas, Le « faux » Soir, Bruxelles, Éditions J.M. Collet, 1987, p. 3.
2 Un soir de joie (Gaston Schoukens, 1955).
3 Por el carácter del conocido semanario, cuyo espíritu satírico puede recordar algunas veces al contenido del « faux Soir », merece ser mencionada la breve reseña de Didier Hassoux, « Satire à balles réelles », en Le Canard enchaîné, 29 de diciembre de 2021, p. 6.
4 Patrick Weber, Baudouin Deville, Bérengère Marquebreucq, Bruxelles 1943, Anspach, 2020.
5 Histoire du faux « Soir » du 9 novembre 1943, publiée à l’occasion du 5e anniversaire de sa parution, par la Fédération Nationale des Journaux Clandestins du F. I., Bruxelles, La Presse de la Résistance, 1948. Lo esencial de la operación está ya narrado aquí, particularmente en el escrito de uno de sus principales protagonistas, René Noël, « Comment parut et fut diffusé le faux “Soir” », pp. 11-22.
6 Marie Istas, op. cit.
7 José Gotovitch, « Presse clandestine en Belgique, une production culturelle ? », en Bruno Curatolo et François Marcot (dir.), Écrire sous l’Occupation. Du non-consentement à la Résistance. France-Belgique-Pologne 1940-1945, Rennes, PUR, 2011, p. 113.
8 « Facétie, pitrerie, plaisanterie, raillerie, typiquement belge, équivalente à la gauloiserie gaillarde ». Son palabras de Patrick Roegiers en la entrada correspondiente de Le mal du pays. Autobiographie de la Belgique, Paris, Éditions du Seuil, 2003.
9 Comentarios de The_Noir (Thierry Noiret) en Babelio, https://www.babelio.com/livres/Durieux-Le-faux-soir/1365895.
10 Paris, Delcourt, 2011.
11 Éric Aeschimann y Nicoby. La révolution Pilote, 1968-1972, Paris, Dargaud, 2015. La categoría « BD qui raconte la BD » admite, claro está, diferentes variantes, con álbumes dedicados, como en este ejemplo (cabría citar otros), a una revista, a una editorial, a un autor, a un episodio de su vida…
12 Theo Fleischman, « Le rire de la vengeance », en Histoire du faux « Soir » …, op. cit., pp. 51-52.
13 Fernand Demany, « Breughel et Gavroche, Ulenspiegel et Tchantches », en Histoire du faux « Soir » …, op. cit., pp. 47-50.
14 https://information.tv5monde.com/video/le-faux-soir-quand-des-resistants-belges-bravaient-l-occupation-allemande-en-40
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Pour citer cet article
Référence électronique
Víctor Rodríguez Infiesta, « Denis Lapiere, Daniel Couvreur et Christian Durieux, Le faux Soir », Belphégor [En ligne], 20-1 | 2022, mis en ligne le 16 août 2022, consulté le 31 décembre 2022. URL : http://journals.openedition.org/belphegor/4812 ; DOI : https://doi.org/10.4000/belphegor.4812
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