La AIECS haciendo historia
Boletín de la AIECS | Diciembre 2014
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Esta es la segunda parte del recuento de la historia de la AIECS escrita por los investigadores Cees Hamelink y Kaarle Nordenstreng.
La lista de conferencias de la AIECS a través de sus 57 años de historia demuestra la impresionante expansión geográfica de nuestra Asociación. La AIECS se ha reunido en todos los continentes, y a pesar de que la mayoría de las sedes de las conferencias han sido en Europa, la lista incluye también varios países en desarrollo del Sur, empezando con Argentina en 1972. Los primeros 30 años de nuestra historia estuvieron bajo las condiciones de la Guerra Fría cuando la AIECS tuvo un papel especial en la facilitación de contactos e intercambios entre Oriente y Occidente.
Michael Meyen ha publicado recientemente un artículo sobre la AIECS en el campo de batalla de Oriente-Occidente, donde expone los intentos de la Alemania Oriental para utilizar a la Asociación como un instrumento político durante la Guerra Fría. Como se señaló en el comentario de Nordenstreng acerca del artículo, este sólo fue un incidente aislado dentro de una gran historia en la cual la AIECS sirvió como una plataforma constructiva y ecuménica para el contacto académico que cruzó divisiones políticas y culturales.
Aún falta escribir una historia completa de la AIECS –el proyecto ha estado en nuestra agenda desde 1990– pero es obvio que la Asociación ha proveído de oportunidades para que muchas ideas emergentes sean articuladas y promovidas internacionalmente en el campo. Por ejemplo, el enfoque en materia de género fue insertado en la agenda en Caracas en 1980, lo cual llevó a la creación de un grupo de trabajo en “Roles de género en los Medios Masivos de Comunicación” que en 1990 se convirtió en la Sección de Género y Comunicación. La AIECS ha sido bastante abierta en permitir que se prueben y movilicen señales silenciosas en el campo al tiempo que no permite que lo convencional disfrute de hegemonía.
Por otro lado, la fenomenal expansión y diversificación de nuestro campo durante las últimas décadas ha hecho posible alojar todos los intereses particulares de la academia dentro de una asociación internacional. Algunas de ellas han encontrado más práctico el establecer sus propios hogares institucionales fuera de la AIECS (e ICA) – como por ejemplo académicos de Internet o de periodismo literario. Aspectos particulares de comunicación, acercamientos teóricos y culturales, al igual que áreas geopolíticas son demasiado variados para permitir una agradable arquitectura dentro de una única organización por mucho tiempo –es cada vez más un mundo híbrido de investigación en comunicación.
Aun así, un interés universal no se ha vuelto obsoleto. Junto con la diversificación del campo y una red de académicos en aumento alrededor del mundo, hay ahora una mayor necesidad de plataformas mundiales. Por lo tanto, la misión original de la AIECS sigue siendo mucho muy válida: “proveer de un foro donde los investigadores y otros involucrados en los medios y la comunicación puedan reunirse e intercambiar información acerca de su trabajo” (Artículo de Estatutos 2.1.1.).
Es importante recordar que además de servir como un “foro”, la Asociación ha sido inspirada a través de su historia por la noción de la comunicación como derecho humano y por la preocupación de que la investigación académica tenga relevancia social. Desde su prehistoria, que empieza con la Conferencia de Libertad de Información de las Naciones Unidas en 1948 hasta su participación en la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información (CMSI) en los inicios del siglo XXI, la Asociación ha dedicado sus esfuerzos a asuntos relacionados con la libertad de expresión, participación en la vida cultural, el intercambio de conocimientos y el derecho a comunicar. El antiguo presidente Jim Halloran solía instar a sus colegas académicos a que no condujeran sus investigaciones con la espalda hacia el mundo y la cara hacia los libros. En este espíritu de buscar relevancia académica y social, se debe entender la apertura de la Asociación a conversaciones entre Oriente y Occidente y la interacción con el Sur global y sus asociaciones regionales.
Para seguir con su historia única, la Asociación debe continuar su rol en la academia global pues hay todavía grandes preguntas delante de nosotros en el campo de estudio de los medios y la comunicación. Enfrentamos enormes retos en el área de la reflexión teórica y en particular en la desoccidentalización y desconolización de corrientes convencionales. Necesitamos encontrar aproximaciones creativas para el encuentro ciencia/política desoccidentalizar y descolonizar actitudes convencionales. Necesitamos encontrar acercamientos creativos para el encuentro ciencia/política, investigador/profesional y para asumir los temas de género y etnica. También es de crítica importancia que nos involucremos con estudios futuros: nuestro propio y significativo pasado nos da prospectos prometedores para lidiar con el futuro de la comunicación pública tanto en la perspectiva global como local.
Para algunos de nosotros –que estuvimos afiliados a la Asociación durante más años que lo que nos interesa recordar– la AIECS nos ofreció un hábitat fascinante de amistades esenciales académicas y personales. El participar en su plataforma global de profundo intercambio, formidables desacuerdos y permanente aprendizaje en un ambiente no fundamentalista hizo de nuestras vidas profesionales y personales experiencias increíblemente ricas.