¿Hegemonía o resistencia?
El poder ambiguo de la comunicación

El tema de este año tiene como objetivo explorar la relación ambigua que mantiene la comunicación con la hegemonía y la resistencia. Esto se refiere, por ejemplo, a las diversas formas en las que la comunicación se ha definido como un valor de nuestra sociedad contemporánea–vinculándola a  un ideal de transparencia social y de comunidad–y también como una amenaza en términos de dominación global. Esta ambigüedad ha provocado debates en el mundo académico en cuanto a  la capacidad de la comunicación para ser al mismo tiempo un valor y una herramienta, un espacio para el consentimiento y uno de lucha, así como para tener dimensiones locales y globales (más auténticas).

Las recientes manifestaciones, como Occupy Wall Street, la Primavera Árabe, las protestas de los estudiantes chilenos, el movimiento de Los Indignados, la huelga de los estudiantes de Quebec , o Idle no more en Canadá han provocado discusiones y reflexiones sobre la utopía de la comunicación. Apoyados ampliamente por los medios digitales y organizados en torno al ideal de construir una interacción más auténtica de la comunidad, estos movimientos de masa, llamados de "solidaridad global" han movilizado la comunicación como valor para desafiar a las autoridades, la globalización financiera o económica y las representaciones dominantes del mundo de hoy.  Estos movimientos se basan en la idea que los medios corporativos globales y las industrias culturales nos han alejado de una forma auténtica de comunicación. Este argumento puede asociarse a lo que John Durham Peters describió como nuestra obsesión por la comunicación como un "registro de anhelos modernos,"  - ya sea la democracia, la justicia social y económica -,  o "la recíproca comunión de las almas". Paradójicamente estos mismos movimientos resisten la dominación que ejercen las industrias culturales y el capitalismo mientras aprovechan la capacidad de hacer emerger valores y un sentido de comunidad que se podría haber perdido. A menudo lo logran por medio de prácticas comunicativas desestabilizadoras sirviéndose de las tecnologías de la comunicación y de las producciones culturales.

Mientras que diversos sitios de resistencia se expanden por todo el mundo, gran parte de los debates acerca de las tecnologías de comunicación denotan una creciente sospecha hacia la capacidad de las TIC para empoderar al público. Por ejemplo, la crisis relacionada con el caso Edward Snowden, los grandes datos (Big Data) y las prácticas de espionaje a gran escala de la NSA revelan esta relación ambigua que el público sostiene con los medios de comunicación. Aún cuando en los últimos años se ha establecido un amplio consenso crítico del uso de las tecnologías de comunicación como medios de control y de dominación  ideológica, pocos son los que han cambiado la utilización que hacen de estos dispositivos de comunicación. Promesas de reforma política, así como la importancia social, económica y cultural de las nuevas tecnologías parecen contribuir al mantenimiento de un status quo  negociado. Estos casos distan mucho de ser una excepción. Son varios los ejemplos que ilustran lo que Antonio Gramsci describe como la dominación hegemónica por consentimiento, donde la comunicación no sólo representa la herramienta para el control, sino también  los espacios de expresión de la mayoría - "órganos de la opinión pública [... ] que se multiplican artificialmente "- y que legitiman estas prácticas.

Más  allá de los casos aquí mencionados, el tema de la conferencia de este año propone interrogar este poder ambiguo de la comunicación:¿Cuáles son los fines de la comunicación con respecto a las fuerzas de oposición que actúan en los niveles micro, meso y macro? ¿Hasta qué punto pueden los medios de comunicación y la comunicación "cambiar el mundo en que vivimos"? ¿Cómo puede la comunicación contribuir al empoderamiento de las personas y grupos en sus contextos locales? ¿De qué manera las formas modernas de comunicación interactúan con el ideal de democracia, considerado tanto un dispositivo de manipulación como de liberación? Si la comunicación tiene poder, ¿cuál es la naturaleza de este poder? ¿Cómo representan los procesos hegemónicos y los actos de resistencia los medios de comunicación? ¿De qué manera el entretenimiento, los medios sociales, el periodismo o las relaciones públicas actúan como símbolos de resistencia o de control de las corporaciones y de la sociedad civil? ¿En qué forma la investigación en comunicación y medios constituye de por sí un lugar de dominación hegemónica o de resistencia?

Las propuestas pueden incluir investigación empírica asociada a una amplia gama de casos o terrenos, diversas perspectivas metodológicas, así como diferentes contribuciones teóricas y perspectivas epistemológicas.